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lunes, 19 de marzo de 2012

Que el amor se mide en la cantidad de veces que sonríes estúpidamente a solas, en suspiros, en alegrías y en tristezas. El amor se mide en la cantidad de veces que le piensas, en la cantidad de chocolate ingerido. También se mide con el metro de los sueños. En las ganas de verlo, de abrazarlo, de besarlo. En el número de locuras que harías solo por él. También en las veces que he llorado, y en los kilómetros que he aguantado. Los textos escritos, los mensajes mandados. No sólo se mide con actos, también con palabras. Que no se trata del tiempo, ni de que sea perfecto, sino de que sea verdadero. El amor se mide en lo que das, en lo que recibes y en lo que compartes. En los celos, y en el miedo a perderlo. 



miércoles, 4 de enero de 2012

[...]
- ¿Alguna vez has sentido esa sensación?
- ¿Qué sensación?
- Sí, esa de perder algo que nunca te ha pertenecido.
- No...
- También está esa sensación de sentir que él pasea conmigo cuando voy por la calle.
- Pero tía, si está tope de lejos.
- Por eso mismo. Va conmigo a todos lados, en mi corazón. Es raro buscarle por las calles, esperando que aparezca en la próxima esquina, que venga, me abrace y me haga todo lo que un día dijo. En plan película. Sería demasiado bonito. ¿Sabes? Pensé que quizás eso algún día sucedería. Pero ahora... ahora todo ha cambiado. Eso no va a pasar. Soñaré con ese momento hasta el fin de mis días. A pesar de todo lo que ha pasado yo quiero que él sea feliz. Con quien sea. Se lo merece, supongo.
- ¿Que se lo merece? No. ¿Tú has visto lo que te ha hecho? Bueno, a ti y a muchas por lo que parece.
- No sé por qué, pero yo creo que él no es así. Que ha cambiado demasiado. Y sí, me ha decepcionado, y que si había alguna posibilidad de que estuviéramos juntos algún día, se ha desvanecido. Que el problema no ha sido tropezar, que el problema ha sido que me ha gustado la piedra, porque sé que si algún día tuviera la oportunidad de volver a estar así con él, lo haría. Sin dudarlo. Y que siempre le echaré de menos.